domingo, 7 de abril de 2013

Visita 01 de Abril.


Lugar: Escuela Baquedano.
Fecha: 01 de Abril, 2013.
Horario: 12.10 hrs. a 13.20 hrs.
Asistencia: Completa.
Objetivo: Ayudar en la pronunciación de palabras básicas y de conocimiento ya conocido.

Llegamos a la escuela a las 12.10 hrs. Esperamos fuera del comedor a que los niños terminaran de comer y le pedimos a una tía la llave de la sala para que dos compañeras arreglaran la sala por mientras.

Cuando los niños terminaron su almuerzo se siguió con su rutina de higiene (lavarse los dientes, ir al baño y lavarse al baño). Después de eso fuimos a la sala en fila.

Le pedimos a los niños que se sentaran en un semi círculo que ya habíamos hecho con sus puestos y después nosotros completamos la otra mitad del círculo. Ellos nos sorprendieron colgándose carteles con sus nombres al cuello, que habían hecho en otra clase para que podamos reconocerlos con mayor facilidad.

Una vez ordenados una de las integrantes del grupo dirigió un juego de gesticulación, pidiéndole a los niños que imiten los ruidos de animales que ella estaba haciendo (como rugidos, maullidos, ladridos). Los niños respondieron bien, participando todos.
Más tarde les pedimos que nos dijeran las vocales, pero como se pusieron a hablar unos sobre otros, decidimos que todos gritaran las vocales al mismo tiempo; después les pedimos que nos dijeran palabras que comenzaran con esa letra, pero que recordaran levantar la mano para pedir la palabra.

Después presentamos una serie de dibujos que llevábamos preparados de partes del cuerpo, primero le pedimos que las digan con lentitud, sin correr, para que pudieran pronunciar correctamente la serie de letras que les puede costar pronunciar. También hicimos que señalaran lo que había en el dibujo en su propio cuerpo ("¿dónde están sus manos? ¿Dónde está su rodilla?"). Para terminar con los dibujos los separamos por sílabas, ocupando el recurso de aplaudir para marcar donde termina una sílaba. Esto les costó un poco, pero cuando encontraron un ritmo todos pudieron seguirlo y pudimos separar las sílabas correctamente, incluso añadiendo palabras fáciles y preguntándoles por la primera sílaba de ellas.

Cuando terminamos esa actividad las tías nos pasaron una pelota de goma para poder jugar. El juego consistía en que quien tenía la pelota debía hacer un ruido de animal y tirarle la pelota a alguien más que tenía que decir qué animal hacía ese ruido. Los niños se confundieron un poco y preferimos que simplemente hicieran los sonidos mientras se tiraban la pelota entre ellos y con nosotros. Al par de minutos decidimos cambiarlo y que en su lugar mencionaran colores, eso pareció funcionar mejor ya que participaron más y pudimos constatar que las letras que más parecían costarle eran la "r" y la "s".
Para terminar con esa actividad hicimos que cambiaran a números, o sea, cada vez que tomaban la pelota debían decir el número que seguía del que había mencionado el anterior. Así llegaron hasta el veinte (que es hasta el número que se saben). Había un niño que se golpeó con la pelota en tres o cuatro ocasiones, nos preocupamos bastante cuando esto ocurrió, pero las tías nos tranquilizaron y el niño continuó jugando feliz, así que nos relajamos. 

Para cerrar la actividad, y como nos tocó después de semana Santa, nuestro jefe de grupo le habló a los niños, diciéndole que el conejo de Pascua había pasado por su casa para dejarle huevitos para ellos (unos canastos pequeños hechos por una de nuestras tesoreras), y les pedimos que se quedaran en sus puestos mientras dos integrantes le repartían sus chocolates y los demás arreglábamos los asientos que estábamos ocupando. Ellos parecían felices, y una vez terminado esto, nos despedimos, retirándonos a las 13.20 hrs.

COMENTARIOS:
"Cuando llegamos una tía se nos acercó para preguntarnos a quién estábamos buscando. Cuando dijimos que íbamos con el curso de lenguaje, sonrió y nos dijo que los niños siempre quedaban felices cuando veníamos, y que esperaban ansiosos que nosotros llegáramos. Fue hermoso".

"El profesor fue a visitarnos en la actividad, pero cuando entró fue directo a hablar con las tías, por lo que los niños se desconcentraron y se quedaron mirándolo. Por eso tuvimos que presentarlo para que explicarle que él era nuestro 'tío' y que venía a verlos".



"Los niños realmente quieren llamar nuestra atención cuando estamos ayudándolos con el aseo; siempre señalando o acusando a algún compañero que no pidió 'por favor' el jabón o diciéndonos todo lo que aprendieron a hacer durante la semana. El lunes, por ejemplo, la mayoría nos comentó sobre uno de sus compañeros no se comió el almuerzo".


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